Cómo leer a los demás sin tener intuición
Carlos acaba de enterarse de que su equipo ha recibido un premio de la industria. José, que se acercaba a su mesa con la intención de pedirle un informe, lo felicita y da por concluido el intercambio. ¿Te reconoces en el comportamiento de José? Su reacción esconde dos componentes de la inteligencia emocional: tras comprender los sentimientos de Carlos, controla su impulso de hablar. Si no te reconoces, hay buenas noticias para todos. La empatía no requiere intuición, sino poner en práctica lo que te presento aquí. La empatía: leer a los demás La mayor parte del tiempo, la comunicación oral y corporal de nuestro interlocutor nos proporciona un contexto valioso para entender sus palabras. Esa información muy real nos permite formarnos una idea completa de la situación. Otras veces, su gestualidad o su voz expresan lo que las palabras no se atreven a desvelar. Captar esos matices nos permite comprender mejor el mensaje. Si comprendemos las palabras de nuestro interlocutor teniendo en cuenta su estado emocional, podremos decidir si es el momento oportuno para hablar. Cuando leemos que nuestro interlocutor no está receptivo y, por lo tanto, no va a recibir adecuadamente nuestro mensaje, lo mejor será posponer la conversación. Así, el primer paso para demostrar inteligencia emocional, priorizando la efectividad de la comunicación sobre su urgencia, es tener la capacidad de leer a los demás. Cómo leer a los demás Para una comprensión integral, basta con poner atención a los mensajes no verbales transmitidos mediante la voz y la gestualidad. El lenguaje corporal que indica mala disposición para escuchar La postura corporal, el movimiento de las manos o las expresiones faciales de tu interlocutor son fuentes de información. Si lees que no es el momento, de poco sirve disculparte por ser inoportuno: ❌ «Siento chafarte el momento, pero tenía que recordarte que…». Las características de la voz que indican mala disposición para escuchar En el ejemplo de más arriba, José ha captado la agitación emocional de su compañero, interpretando algunas de las cualidades de su voz: Si percibes que no es oportuno, evita forzar la conversación: ❌ “Aunque no sea el momento ideal, tenía que decirte que…”. La inteligencia emocional suele confundirse con la intuición, un concepto abstracto. Pero prestar atención a cómo suena la voz y a cómo se mueve el cuerpo es una pauta concreta que puedes empezar a aplicar. Ponla en práctica para entender de manera completa lo que te dicen y poder hablar en el momento adecuado, manteniendo así conversaciones eficaces. Este texto ha sido editado por Isabel González-Gallarza, correctora de estilo y traductora de más de cien novelas publicadas en las más prestigiosas editoriales españolas.
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