Acabamos de ver que, por la naturaleza de este formato de comunicación, hablar en público es una habilidad ideal para las personas introvertidas.
Ahora quiero subrayar que, además, los introvertidos presentan cuatro fortalezas idóneas para convertirse en buenos oradores.
1: Anticipación
A los introvertidos les gusta invertir tiempo en reflexionar, en saber cómo y por qué pasan las cosas. No es de extrañar que les guste tener tiempo para pensar antes de hablar.
➡️ La oratoria requiere anticipación y ensayo. Esta exigencia se adapta perfectamente a la necesidad que tiene el introvertido de poder prepararse antes de lanzarse a comunicar.
2: Escucha
La capacidad de escucha de un introvertido es alta. Esto le permite una comprensión profunda de las cosas y de las personas que lo rodean.
➡️ Adaptar un discurso a las necesidades de la audiencia potencia su impacto y asimilación. Anticipar los intereses y las necesidades de la audiencia es una aptitud clave para conectar eficazmente.
3: Profundidad
Un introvertido dedica mucho tiempo a profundizar en las ideas, así como en sus pensamientos y emociones. Un estudio de Harvard demuestra que su córtex prefrontal -la zona del cerebro asociada al pensamiento abstracto- está más desarrollado.
➡️ Dicha introspección fomenta intercambios igualmente profundos y significativos. Los discursos no son una excepción. Un orador introvertido tiene una mayor capacidad de desarrollar temas estimulantes en sus presentaciones
4: Pasión
Esos temas a cuyo análisis y estudio dedican tanto tiempo se convierten en la pasión de las personas introvertidas, que llegan a ser especialistas en materias relevantes.
➡️ El discurso es el formato perfecto para que el presentador comparta lo que más le importa. El entusiasmo que ponen en sus elocuciones convierte a los oradores introvertidos en auténticos líderes de opinión.
Como ves, ser introvertido es toda una baza para hablar en público. Si te reconoces en este rasgo de personalidad, aprovéchalo para practicar el acto de comunicación que llega a más personas: la oratoria.
Este texto ha sido editado por Isabel González-Gallarza, correctora de estilo y traductora de más de cien novelas publicadas en las más prestigiosas editoriales.
Foto de Aaron Andrew Ang.