Elena Errazuriz

Hablarse de manera objetiva

Háblate de manera objetiva para vivir mejor

La realidad no es la misma para mí que para un amigo, incluso si pensamos y vivimos de manera similar. Mi representación del mundo, como la de cada uno, está moldeada no solo por mi forma de pensar sino también por factores genéticos, psicológicos y culturales. La forma en que pienso se refleja en el lenguaje que utilizo para explicarme las cosas a mí mismo, y estas palabras a su vez pueden alterar mi estado de ánimo. Ser conscientes de que somos poco objetivos en la comunicación intrapersonal es crucial para vivir mejor. Los sesgos negativos y su impacto en cómo vivimos Nos pasamos el día valorando todo lo que nos rodea. Por ejemplo, si al despertarnos vemos sol y nos decimos  que nos espera un día estupendo, nuestro cerebro se predispone a tener una actitud positiva. De manera similar, si sistemáticamente asociamos la presencia del sol con expectativas positivas, tenderemos a sentirnos más animados simplemente con abrir la persiana y descubrir un día soleado. Sin embargo, no todos los patrones de pensamiento son positivos. Por ejemplo, si al despertar y ver un cielo nublado reaccionamos pensando que nos espera un día horrible, condicionamos nuestro estado de ánimo no solo para ese día sino para cada vez que el cielo amanezca nublado. Con esta expectativa, se hará difícil cambiar la idea de que será un mal día. Sesgos comunes que nos impiden vivir bien Estos son algunos sesgos de nuestro pensamiento y su consecuencia en nuestra visión de la realidad: Sesgo 1: Observar solo una parte, generalmente lo malo. «Siempre llueve cuando tengo planes al aire libre.»   Si el contenido de nuestro pensamiento no es objetivo, tratemos de ampliar la visión con otros factores.  «Aunque parece que llueve cada vez que tengo planes al aire libre, en realidad, hay muchos días soleados que he disfrutado en el parque o haciendo senderismo.” Sesgo 2: Magnificar lo negativo y minimizar lo positivo. “Aunque he llegado en quince minutos al trabajo, he tenido un día negro” (obviando que esta mañana he llegado al trabajo en solo quince minutos).  Tratemos de abandonar la idea de que todo lo que sale bien es “normal” y expresemos de manera equilibrada lo positivo y lo mejorable.  «Ha sido genial llegar en tiempo récord a trabajar porque no había tráfico. Lo malo ha sido la notificación de la resolución desfavorable de mi solicitud de viaje a Cuba.» Sesgo 3: Exagerar. “Hace un frío insoportable.”  Cada vez que usamos el término “insoportable”,  es evidente que estamos exagerando. Midamos nuestras palabras, evitemos exagerar en las situaciones que nos alteran, para evitar disparar una emoción acorde a la exageración semántica.  «Hace frío, pero tengo un abrigo que me  protege adecuadamente.» Estrategia para contrarrestar los sesgos y vivir mejor La buena noticia es que, como nos enseña el psicólogo Enrique García Huete, es posible cambiar nuestra realidad autorregulando nuestros pensamientos. Para ello, basta  seguir estos pasos basados en la observación:  Tengo que mudarme a otra ciudad por el calor.  Pregúntate qué hay de cierto en este pensamiento:  No me gusta el calor de esta ciudad en julio y agosto (pero el resto del año sí). Reformula tu nuevo pensamiento de manera más objetiva:  En julio y agosto haré lo posible por salir a la calle antes de las once de la mañana.  La próxima vez que te sorprendas hablándote de manera negativa, date un momento para reflexionar y cuestionar la objetividad de lo que te dices. De esa manera, podrás vivir mejor. El mundo a tu alrededor no habrá cambiado, pero sí lo habrá hecho tu manera de contarte las cosas.  Este texto ha sido editado por Isabel González-Gallarza, correctora de estilo y traductora de más de cien novelas publicadas en las más prestigiosas editoriales. Foto de Jamie Brown.

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orden a la hora de hablar

La mejor fórmula para que te entiendan

Saber comunicar tus ideas de manera estructurada en todo momento transmite profesionalismo y eficiencia. Además, facilita la comprensión del receptor. Hoy te presento la estructura PREP para que empieces a utilizarla para contestar de manera articulada, concisa y lógica a casi cualquier pregunta.  El arte de los discursos improvisados y la estructura PREP  El acrónimo de la estructura PREP corresponde a: Punto, Razón, Ejemplo, Punto. Este modelo de estructura es especialmente útil para emitir una respuesta fundamentada en la comunicación hablada e improvisada.  Toastmasters International, una organización educativa centenaria enfocada en el desarrollo de las habilidades de oratoria, incluye en su programa la habilidad de improvisar respuestas. En una sección de la sesión los participantes deben desarrollar temas sin tener la posibilidad de haber preparado previamente su respuesta. La estructura PREP es una de las herramientas disponibles para estructurar este tipo de respuesta que tan frecuentemente surgen en el trabajo y en casa. Cómo aplicar la estructura PREP a tus respuestas  1- Pongamos que te preguntan:  ¿Cómo se puede practicar el desarrollo personal? Y que la contestación que te viene a la mente es:  Una manera de practicar el desarrollo personal es a través de la lectura.  2- Estructuremos ahora tu contestación siguiendo la estructura PREP:  Punto    Función: Presentar el punto / opinión.     Ejemplo: La lectura es una excelente forma de desarrollo personal.  Razón  Función: Presentar la razón detrás del punto / opinión.    Ejemplo: La lectura amplía nuestro vocabulario y nuestro conocimiento del mundo a la vez que potencia nuestro intelecto.  Ejemplo  Función: Presentar un ejemplo del punto / opinión.    Ejemplo: Un estudio de la Harvard Graduate School of Education revela que los alumnos que participaron en el programa de lectura Word Generation aprendieron más palabras académicas de uso general que los estudiantes de escuelas en las que no se implementó este programa optativo.  Punto (reiterado)  Función: Concluir reafirmando el punto / opinión.  Ejemplo: Así, la lectura tiene un papel crucial en nuestro desarrollo personal al potenciar nuestro intelecto y ampliar nuestro conocimiento del mundo.  3- Respuesta completa con la estructura PREP:  Una manera de practicar el desarrollo personal es a través de la lectura. La lectura amplía nuestro vocabulario, expandiendo así nuestro intelecto y nuestro conocimiento del mundo. Un estudio de la Harvard Graduate School of Education revela que los alumnos que participaron en el programa de lectura Word Generation aprendieron más palabras académicas de uso general que los estudiantes de escuelas en las que no se implementó este programa optativo.  Así, la lectura tiene un papel crucial en nuestro desarrollo personal al potenciar nuestro intelecto y ampliar nuestro conocimiento del mundo.  Como ves, la técnica del PREP permite articular respuestas coherentes y completas.  Practícala para que tus respuestas en el trabajo y tus intervenciones en conversaciones en general sean claras y efectivas.   Si quieres encontrar tu club Toastmasters más cercano, pincha aquí. Este texto ha sido editado por Isabel González-Gallarza, correctora de estilo y traductora de más de cien novelas publicadas en las más prestigiosas editoriales. Foto: Scott Evans.

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Preguntas para conectar

Preguntas para involucrar a los demás en la conversación

He hablado de las preguntas cargadas, una manera agresiva de pronunciarse. Existen otros tipos de preguntas que, por el contrario, revelan consideración por tu interlocutor: 1- Dando la opción de rectificar  Una pregunta cerrada, a la que se responde con una palabra, a menudo sí o no, es útil para confirmar información.  ¿Te marchaste de Argentina en 1972?    Con esta pregunta no invitas a una discusión amplia, sino a que tu interlocutor rectifique o confirme “el país: Argentina” o bien “el año: 1972”. 2- Poniendo en confianza A veces, por el contrario, quieres incitar a alguien a hablar. Le haces una pregunta dirigida con la finalidad de que se abra y haga un comentario negativo:   ¿Estás de acuerdo en que no tenemos mucho tiempo para desarrollar nuestras capacidades?  La tendencia por ejemplo de tu interlocutor de contar de manera sesgada solo lo positivo se verá neutralizada si usas esta formulación. 3- Captando la atención Cuando quieres suscitar la atención de tu interlocutor, haces esta pregunta retórica, para la que no esperas respuesta:  ¿No te parece interesante esta propuesta de clasificación de la personalidad?  Ya tienes la certeza de que la propuesta de clasificación de la personalidad es apasionante. Cuanto más involucradas estén ambas partes en una conversación, mayor es la posibilidad de entenderse. Es bueno poner todos los recursos a disposición de la conversación para facilitar la conexión. Este texto ha sido editado por Isabel González-Gallarza, correctora de estilo y traductora de más de cien novelas publicadas en las más prestigiosas editoriales. Foto de Canva tuneada por Elena.

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Improvisación

La improvisación en el trabajo

Colaboro con una profesora universitaria que necesita trabajar por teléfono, porque le “ayuda a pensar y a expresarse mejor”. Se trata de una persona algo más que habladora. Puede desenvolverse sin orden del día. La inmediatez es su resorte, y lo cierto es que su espontaneidad genera ideas frescas y mucha libertad. Trabajando codo con codo con ella, me parece casi impensable poder desenvolverse en el ámbito laboral sin ese don de la improvisación.  Pero son numerosos los profesionales que, pese a no tenerlo, aportan mucho a sus equipos. Conozcámoslos mejor. Los profesionales que no saben improvisar Los que son reflexivos y necesitan tiempo para procesar la información tienden a ser: ¿Se puede decir que son introvertidos porque necesitan (como explicaba aquí) análisis y preparación? Quizá. Pero tengamos en cuenta que su necesidad de anticipación puede no darse en otra situación laboral. Y, por otro lado, no olvidemos que dicha necesidad no se limita a un tipo específico de personalidad. Lo que sí parece claro es lo mucho que aportan al equipo los profesionales más reflexivos:  Cómo involucrar a los profesionales que no saben improvisar Reconocer la diversidad de personalidades en un grupo es el primer paso. Luego viene el reajuste de las dinámicas. Estas son dos sugerencias para conseguirlo: 1- Convocar con unas horas de antelación ➡️ Ejemplo: Reunión de revisión de estrategia Tener un preaviso, aunque sea breve, para una reunión suele bastar a casi todos los profesionales que necesiten prepararla. Ubicar y revisar la información para poder presentarla de manera estructurada y fluida sin duda aportará más valor al equipo. 2- Incluir unos minutos de reflexión individual en el orden del día ➡️ Ejemplo: Sesión de lluvia de ideas  A veces, las convocatorias tienen que hacerse sobre la marcha. En estos casos, se puede incluir al inicio cinco minutos de reflexión silenciosa e individual. Algunos profesionales solo demandan ese tiempo para tener la oportunidad de generar, anotar y estructurar unas ideas preliminares relevantes que pueden marcar la diferencia para todos. Ser conscientes de cómo hacemos las cosas, cómo las hacen los demás y lo que cada uno aporta es básico para colaborar mejor en el trabajo. Tener en cuenta las preferencias individuales puede transformar el entorno laboral haciéndolo más eficaz y también más sano. Este texto ha sido editado por Isabel González-Gallarza, correctora de estilo y traductora de más de cien novelas publicadas en las más prestigiosas editoriales. Foto de Nazar Yakymenko.

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Hablar mucho no significa conectar

Tendemos a pensar que las personas sociables tienen la capacidad de conectar con los demás, su fuente de energía y disfrute. Y es cierto que los extrovertidos  suelen sentirse cómodos expresándose en todo tipo de circunstancias. Pero, en las relaciones personales, hablar mucho y además hacerlo sobre temas intrascendentes, genera desconexión. Para que el intercambio fortalezca nuestra relación con los demás: Hay que saber escuchar Si nuestra energía nos impide parar de hablar para escuchar, será imposible que se produzca la empatía. Ponerse en el lugar del otro es un requisito fundamental porque fomenta:  1- La comprensión: al prestar  atención a nuestro interlocutor, reflexionar sobre su mensaje y responderle, pasaremos de oír simples palabras a entender las intenciones y emociones que hay detrás de ellas. Así, mediante la comprensión profunda de la otra perspectiva, generaremos confianza. 2-La validación: al intentar comprender los sentimientos ajenos, ya no seremos simples receptores de la información, sino que estaremos fomentando el respeto mutuo. 3- La confianza: legitimar la postura de los demás no significa estar de acuerdo con ella sino reconocer lo que estos expresan. Es una manera de que nuestros interlocutores se sientan valorados Hay que hablar de cosas relevantes Si acaparamos sistemáticamente la conversación diciendo poca cosa con muchas palabras, será difícil que los demás quieran escucharnos. Ser reflexivo ayuda a encontrar temas de conversación relevantes, fomentando así relaciones de calidad, y nos lleva a tener: 1- Mayor autoconocimiento: evaluar nuestras acciones, motivaciones y creencias nos hace evaluar nuestro propio comportamiento, permitiéndonos  expresar de manera precisa ideas y sentimientos. 2- Mayor inteligencia emocional: empatizar con los demás, conectando con ellos a nivel emocional y comprendiendo sus sentimientos y sus perspectivas nos ayuda a relacionar las experiencias ajenas con las propias. 3- Mayor objetividad: conocer nuestras respuestas emocionales y cómo influyen en ellas nuestros prejuicios es crucial para tener una comprensión más equilibrada y objetiva de uno mismo y de los demás.  En comunicación, la receta perfecta para un intercambio de calidad es reducir la cantidad de palabras vacías y asegurar una buena escucha. Si queremos enriquecer nuestra vida personal, tomemos conciencia de nuestra manera de comunicar. Este texto ha sido editado por Isabel González-Gallarza, correctora de estilo y traductora de más de cien novelas publicadas en las más prestigiosas editoriales. Foto de Priscilla du Preez.

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Preguntar para saber

Lo que quieres saber cuando preguntas

En este post recopilaba el uso que hacemos de las preguntas cuando no nos atrevemos a afirmar. Ahora veremos en cambio, qué dos objetivos tenemos en mente cuando usamos los puntos de interrogación para preguntar. Obtener información  1- Obtener un dato Si necesito que mi interlocutor puntualice o complete información a modo de “ficha”, le haré una pregunta cerrada (que se contesta con una palabra):  ➡️ ¿Eras mayor de edad en 1990?  2- Obtener muchos datos Si necesito obtener mucha información sobre un tema, formularé una pregunta abierta, esto es, una pregunta que invita a explayarse: ➡️ ¿Qué te pareció su decisión de irse a vivir a Australia? Saber qué y cuánto contar 1- Qué contar En ciertas circunstancias, es útil conocer lo que mi interlocutor necesita saber, para poder facilitarle información a la medida de sus expectativas. Si, por ejemplo, trabajo, recurro al sondeo para que mi cliente potencial comparta detalles importantes: ➡️ ¿Estáis alcanzando vuestros objetivos en materia de paridad de género en la alta dirección?  ➡️ ¿Qué podría pasar si  un día  el presidente de la Federación de Fútbol tuviera un comportamiento del todo  inaceptable en público?  Las preguntas de sondeo tienen la virtud de centrar la conversación y de hacerla más específica, pero un uso excesivo puede convertirla en un interrogatorio.  2- Cuánto contar En otras circunstancias, puede ser muy útil saber cuánto sabe mi interlocutor sobre el tema que tengo pensado desarrollar. Si, por ejemplo, voy a hacer una presentación  en público, puedo  calibrar de dos maneras lo que conoce la audiencia: ➡️ ¿Podéis levantar la mano los que conozcáis el método hawaiano de resolución de problemas ho’oponopono?   Las preguntas destinadas a calibrar cuánto decir son importantes. Adaptar el discurso  a los conocimientos del interlocutor es óptimo en comunicación. Si preguntas de manera adecuada, conseguirás que tu interlocutor te facilite solo los datos que necesitas y también podrás adaptar el tema y la cantidad de información de tus intervenciones. Comunicar eficazmente también pasa por formular bien tus preguntas.  Este texto ha sido editado por Isabel González-Gallarza, correctora de estilo y traductora de más de cien novelas publicadas en las más prestigiosas editoriales. Foto de Canva tuneada por Elena.

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Introversión y oratoria

Cuatro fortalezas de los introvertidos perfectas para la oratoria

Acabamos de ver que, por la naturaleza de este formato de comunicación,  hablar en público es una habilidad ideal para las personas introvertidas.  Ahora quiero subrayar que, además, los introvertidos presentan cuatro fortalezas idóneas para convertirse en buenos oradores. 1:  Anticipación A los introvertidos les gusta invertir tiempo en reflexionar, en saber cómo y por qué pasan las cosas. No es de extrañar que les guste tener  tiempo para pensar antes de hablar. ➡️ La oratoria requiere anticipación y ensayo. Esta exigencia se adapta perfectamente a la necesidad que tiene el introvertido de poder prepararse antes de lanzarse a comunicar. 2: Escucha La capacidad de escucha de un introvertido es alta. Esto le permite una comprensión profunda de las cosas y de las personas que lo rodean. ➡️ Adaptar un discurso a las necesidades de la audiencia potencia su impacto y asimilación. Anticipar los intereses y las necesidades de la audiencia es una aptitud clave para conectar eficazmente. 3:  Profundidad Un introvertido dedica mucho  tiempo a profundizar en las ideas, así como en sus pensamientos y emociones. Un estudio de Harvard demuestra que su córtex prefrontal -la zona del cerebro asociada al pensamiento abstracto- está más desarrollado. ➡️ Dicha introspección fomenta intercambios igualmente profundos y significativos. Los discursos no son una excepción. Un orador introvertido tiene una mayor capacidad de desarrollar temas estimulantes en sus presentaciones 4:  Pasión Esos temas a cuyo análisis y estudio dedican tanto tiempo se convierten en la pasión de las personas introvertidas, que llegan a ser especialistas en materias relevantes. ➡️ El discurso es el formato perfecto para que el presentador comparta lo que más le importa. El entusiasmo que ponen en sus elocuciones convierte a los oradores introvertidos en auténticos líderes de opinión. Como ves, ser introvertido es toda una baza para hablar en público. Si te reconoces en este rasgo de personalidad, aprovéchalo para practicar el acto de comunicación que llega a más personas: la oratoria. Este texto ha sido editado por Isabel González-Gallarza, correctora de estilo y traductora de más de cien novelas publicadas en las más prestigiosas editoriales. Foto de Aaron Andrew Ang.

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Tres características de la oratoria idóneas para un introvertido

Por sus características, la oratoria, una habilidad valiosa tanto en el ámbito profesional como personal, cuadra del todo con el carácter introvertido.  Un apunte es necesario. Una persona introvertida es aquella para la que los intercambios con los demás suponen un desgaste que luego necesita compensar estando un tiempo a solas. 1: Hablar en público ante una audiencia, ya sea de 10 o de 100 personas, no supone un problema para un introvertido. ➡️ La energía de una persona introvertida no se ve comprometida en una presentación ante el público porque, en esta, la interacción es moderada. Como hemos dicho, lo que caracteriza a una persona introvertida es que mantener una conversación con un único interlocutor puede resultarle extenuante. 2: La oratoria es un tipo de comunicación unilateral que requiere que el presentador prepare de antemano lo que va a decir. ➡️ El introvertido tiene la necesidad de organizar sus ideas antes de comunicarlas. La unilateralidad de la oratoria cuadra perfectamente con su temperamento. 3: Según los estudios, la duración de un discurso no debería exceder  los 18 minutos, el lapso durante el cual somos capaces, como audiencia, de mantener la atención. ➡️ La energía de una persona introvertida no se ve comprometida durante una exposición social tan breve. Aun extendiéndose más allá de este lapso recomendado, presentar en público tiene una duración limitada asumible para un introvertido. Como ves, si eres introvertido es posible que la oratoria sea el formato ideal para exponer tus ideas. Con tus elocuciones recibirás una recompensa que quizás ni siquiera habías imaginado. Podrás compartir de manera ordenada lo que sabes y con muchas personas. Este texto ha sido editado por Isabel González-Gallarza, correctora de estilo y traductora de más de cien novelas publicadas en las más prestigiosas editoriales. Foto de Eiseke Bolaji.

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preguntas cargadas

Preguntas cargadas

¿Sabías que a veces te sirves de preguntas para atacar verbalmente? Esas son las preguntas cargadas. Como puede serte difícil decir lo que piensas o sientes, usas este tipo de preguntas, las preguntas cargadas, para expresar: 1: Manipulación Si estás sentad@ en un sofá, para evitar levantarte y que, por ejemplo, te pidan una bebida, haces esta pregunta negativa:  ❌ ¿No quieres tomar nada?  2: Amenaza Para moldear una respuesta según tu propio interés sesgo, haces esta pregunta capciosa: ❌ ¿Verdad que quieres quedarte con mis cuatro gatos este puente y así poder cogerte tú el siguiente? 3: Burla Cuando quieres defender tu opinión (una evidencia, según tu punto de vista) a veces recurres a la ironía y expresas exactamente lo contrario de lo que preguntas, como con este otro giro retórico: ❌ ¿Pensabas que no me daría cuenta? 4: Reprimenda Otras veces, para regañar a tu interlocutor, te muestras condescendiente. Esta opción, que es igual de agresiva que una reprimenda, se puede expresar con un tercer tipo de formulación retórica: ❌ ¿Cuántas veces hay que deciros que las reuniones no se convocan sin orden del día? Ahora ya conoces los cuatro ataques que esconden tus preguntas cuando no te atreves a hablar de manera directa. La próxima vez, anímate y prueba a expresar sin rodeos lo que piensas y sientes. Este texto ha sido editado por Isabel González-Gallarza, correctora de estilo y traductora de más de cien novelas publicadas en las más prestigiosas editoriales. Foto de Canva tuneada por Elena.

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Escucha activa

Escuchar para comprender

Para comprender a los demás hay que escuchar con atención y sin interrumpir. Estas dos habilidades de comunicación no son tan frecuentes como parece porque, a veces, para agilizar una conversación redirigimos lo que  intentan decirnos o terminamos las frases ajenas. Otras veces, ponemos atención solo en lo que consideramos esencial, escuchamos mientras realizamos otra tarea o ensayamos mentalmente nuestra respuesta mientras nuestro interlocutor habla.  El resultado es que, una vez terminada la conversación, nos es difícil recordar lo que  nos han dicho realmente.   Para qué sirve escuchar  Cuando escuchamos atentamente, minimizamos el riesgo de pasar por alto información clave necesaria para poder comprender.  Además, escuchar sirve para aprenderer, dándonos acceso a conocimiento que no tenemos.   Finalmente, escuchar atentamente nos hace ser percibidos como personas inteligentes. Paradójicamente, a veces pensamos que la manera de demostrar nuestra inteligencia es hablando.  Cómo escuchar  La escucha activa es un concepto desarrollado en 1957 por Carl Rogers y Richard Farson en su esfuerzo por modelizar las aptitudes clave de un buen psicólogo, cuya finalidad es comprender.  Aunque la escucha es una habilidad básica, no todos la hemos adquirido adecuadamente.  Para escuchar bien, además de mantener la atención en tu interlocutor y  no interrumpirlo, es importante lo siguiente:  1- Demostrar que estás escuchando Señala que estás atento Demuestra que estás siguiendo la conversación:  2- Verificar que has comprendido Reformula lo dicho para que tu interlocutor pueda:  La próxima vez que alguien te cuente algo, plantéate si tu intervención añade valor. A veces, escuchar, ganar conocimiento y entender mejor a los demás es el mejor resultado de una interacción.  Este texto ha sido editado por Isabel González-Gallarza, correctora de estilo y traductora de más de cien novelas publicadas en las más prestigiosas editoriales españolas. Foto: Lynda B

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